La Venganza de Sentus
Detalles: Fanfic ganador del 2do lugar del primer concurso celebrado en los foros de Universo Saiyajin.
Corría el año 737, uno de los más llenos de sorpresa y traición para la raza de los saiyajin, Sentus y Bardock eran para esos entonces grandes amigos. Cada uno lideraba un equipo de hombres para las misiones asignadas por su forzado emperador Freezer. Ese mismo año ambos se encontraban en una misión en diferentes planetas con el fin de conquistar a sus habitantes y después venderlo al mejor postor. El método de los saiyajin para realizar sus conquistas era cruel y calculador. En primer lugar hacían analizar el planeta y estudiar sus capacidades de defensa. Si el planeta no era peligroso, enviaban a un bebé saiyajin, con el propósito de que su furia instintiva aniquilara a todas las razas que lo habitasen, dejándolo a merced de los guerreros espaciales que luego llegarían al planeta para recoger al bebé y ocuparse de reclamarlo como parte de su propiedad y negociar su venta. Si el planeta poseía fuertes defensas unos pocos saiyajin eran enviados para exterminar a los habitantes. Normalmente en ambos casos los saiyajin preferían transformarse a su forma de monos gigantes para así poder ser prácticamente invencibles y no encontrar demasiada resistencia.
El planeta Metarusei fue el escogido para la misión de Sentus, así que él y sus hombres viajaron como siempre dispuestos a exterminar a esta raza. Pero Metarusei no era cualquier planeta. Una vez que aterrizaron, ya unos 20 guerreros se encontraban esperándolos. De inmediato fue obvio que el cálculo realizado acerca del potencial de los habitantes del planeta había sido equivocado. De haberse realizado en forma correcta muy probablemente habrían sido las fuerzas especiales Ginyu y no los saiyajin, los elegidos para éste reto. Sin embargo los orgullosos súbditos del Rey Vegeta ya se encontraban allí y en su infinito orgullo no había cabida para una retirada: los saiyajin estaban listos para la pelea y de inmediato se dieron cuenta de la gran desventaja de poder al medir el nivel de pelea de los guerreros que los esperaban. El error de cálculo fue debido a que esta raza podía controlar su Ki, y adicionalmente eran muy adelantados tecnológicamente lo que les permitió saber con gran anticipación de la llegada de los invasores y prepararse para el encuentro con estos.
Sentus y sus hombres sin pensarlo dos veces utilizaron el poder de sus naves para transformarse en Ohzaru, y solo a consecuencia de ello se emparejó un poco el combate, pero los lugareños ya esperaban este movimiento. Conocían la reputación de los saiyajin y muy a su pesar aún después de la transformación seguían en desventaja debido a que los metarujin les superaban con creces en número. Después de una larga y difícil lucha el equipo de Sentus fue cayendo soldado tras soldado, dejando a los restantes enfurecidos pero también desmoralizados. Finalmente, Sentus fue el único sobreviviente en la lucha; maltrecho y habiendo perdido su transformación en Ohzaru debido a la destrucción de sus naves, yacía en el suelo dispuesto a luchar hasta la muerte. Káradon, el más respetado guerrero del planeta y jefe de las tropas de defensa, era en ese momento su oponente y se disponía ávidamente a acabar con su vida. Sorpresivamente, una de sus hijas que estaba en el grupo de los guerreros que los había derrotado lo detuvo, recordándole que en su estado ya no podía defenderse y que acabar con la vida de alguien en esta circunstancia no estaba entre las costumbres de su raza. Era obvio que Sentus ya no podía hacerle frente, y dejarlo con vida les permitiría obtener valiosa información acerca de su procedencia y su tecnología. Ella misma atendió a Sentus y curó todas sus heridas, y una vez se recuperó pasó a ser un esclavo más en las filas de Káradon.
Al principio esta situación fue insoportable para Sentus y en repetidas ocasiones intentó revelarse contra los metarujin, tomando ventaja del hecho de que su cercanía a la muerte y su posterior recuperación le habían permitido aumentar en gran forma su poder, como es común en los de su raza. Pero finalmente se dio cuenta de que estos eran mucho más fuertes de lo que él suponía, y ahora que había perdido su rastreador, le era imposible calcular las diferencias y saber con anticipación si sus intentos serían exitosos, por lo que al cabo de un tiempo las diferencias de fuerza y la obvia desventaja numérica le hicieron desistir. Pero había además una razón adicional que le persuadió de tragarse su orgullo y desistir en sus intentos por escapar de su esclavitud: Ánika la hija de Káradon que lo salvó de la muerte y que de una manera extrañamente cuidadosa le ayudó a recuperarse de sus profundas y casi fatales heridas.
A diferencia de los habitantes de Vegetasei los metarujin no eran en su totalidad guerreros. Gran cantidad de los habitantes dedicaban sus vidas a menesteres muy distintos a la lucha y entre estos destacaban una gran cantidad de científicos, que habían puesto al planeta en una envidiable posición de comodidades tecnológicas. Irónicamente fue un grupo de estos mismos científicos quienes pusieron al planeta al borde de la destrucción cuando un fallido experimento los hizo convertirse en bestias muy fuertes y destructoras. Las fuerzas de defensa de Metarusei una vez más debieron entrar en la batalla pero muy pronto se notó que controlarlos no sería sencillo, al menos no sin hacer gran daño al planeta y a las poblaciones civiles. La valentía y osadía de Káradon casi lo llevan a la muerte en una de estas crueles batallas, pero irónicamente fue el mismo Sentus quién intervino para salvarle la vida. Cuando ya parecía que no quedaba esperanza el instinto guerrero de los saiyajin y su gran astucia llevó a Sentus a idear un plan que podría acabar con la gran amenaza que los acorralaba cada vez más. En el pasado, lo que parecía una descabellada idea proveniente de un esclavo nunca hubiera sido escuchada, pero Sentus se había ganado la confianza de su amo al salvarle la vida y una vez más la intercesión de Ánika terminó por convencer a los desesperados metarujin de aplicar el plan de Sentus. Con los tres guerreros al frente las fuerzas de defensa emprendieron la batalla y lograron derrotar a estas bestias. Káradon se sorprendió durante la batalla final del gran aumento en la fuerza y las habilidades de Sentus, y el fin de la amenaza también marcó el fin de la esclavitud para el guerrero saiyajin en una ceremonia en la que el jefe de las fuerzas de defensa de Metarusei declaró que no podía considerar como esclavo al héroe que le había salvado la vida a sí mismo y a todo su planeta.
Posteriormente las cosas cambiaron en gran medida para Sentus en Metarusei. Además de ser un hombre libre ahora contaba con un estatus y la reputación de héroe entre los habitantes lo que finalmente le permitió acercarse a Káradon para pedir la mano de su hija en matrimonio. Ánika aceptó sin dudarlo y de esta forma se transformaron en una orgullosa pareja.
Después de la destrucción de Vegetasei, Freezer lanzó una campaña de limpieza por el universo con el propósito de exterminar a todos los saiyajin que habían sobrevivido la destrucción del planeta. Freezer fue muy cuidadoso de mantener esta operación en secreto, para no frustrar los planes que tenía para el príncipe Vegeta. Al tiempo finalmente esta campaña alcanzó a Sentus de quién Freezer sabía había sido enviado a este planeta para conquistarlo poco antes de la destrucción. Freezer asumió que los 5 saiyajin del equipo de Sentus habrían esclavizado al planeta y lo habrían convertido en su reinado personal. Su paranoica mente lo hacía pensar que este tipo de cosas eran las que justificaban la destrucción de la primitiva raza saiyajin. El equipo que Freezer envió a las coordenadas de Metarusei era apenas lo suficiente para derrotar a los supuestos saiyajin rebeldes. Obviamente el nuevo equipo de Freezer no encontró lo que buscaba y en su lugar fue capturado con facilidad y llevado ante Káradon y Sentus para su interrogación. El equipo tardó poco en reconocer a Sentus y a pesar de su situación desventajosa aprovecharon para burlarse de él y de su raza y con gran incredulidad Sentus se fue enterando poco a poco de los acontecimientos desde su partida por última vez de su añorado Vegetasei. Estas noticias despertaron en el guerrero una ira sin igual que no sentía desde hace ya mucho tiempo y a pesar de los intentos de los metarujin acabó rápidamente con la vida de los nuevos invasores. Entre los detalles que logró arrancarles antes de acabar con ellos se enteró de la traición de Freezer y de la destrucción de su planeta. También se enteró que los únicos sobrevivientes conocidos y aceptados por el emperador eran el príncipe Vegeta, Nappa y Raditz. Lo que lo destrozó especialmente fue el hecho de saber de qué su buen amigo Bardock había muerto tratando de defender a su planeta en contra del tirano.
De inmediato Sentus consideró a Vegeta un traidor a su raza, al unirse a Freezer en lugar de enfrentarlo por la afrenta a su padre, ya que los soldados le dijeron que éste se había unido al emperador por voluntad propia y no mediante engaños, al igual que lo habían hecho Nappa y Raditz por fidelidad a su príncipe. Sentus juró vengarse por esto sin importar cuán difícil fuese.
Desde entonces Sentus anheló en secreto poder algún día revivir la gloria de los saiyajin, y fue con este propósito que emprendió una larga exploración por los planetas de la galaxia. Fue en uno de estos viajes que escuchó hablar acerca del planeta Namekusein y de las esferas del dragón y su maravilloso poder para conceder deseos. Desde entonces su viaje se centró en encontrar el planeta, ya que a pesar de que muchos sabían de su existencia pocos tenían pistas de su ubicación, y otros lo consideraban solamente una leyenda.
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